EUROCÁMARA | Nuevo código de conducta.
- Hasta ahora no tenía un reglamento ético y de conducta armonizado
- El nuevo código de conducta prohíbe aceptar regalos de más de 150 euros
Llegan las Navidades y los regalos 'de cortesía' se amontonan en los despachos de algunos políticos. Muchos de ellos valen más de 150 euros, el límite que ha puesto el Parlamento Europeo para que un eurodiputado pueda aceptar este tipo de prebendas. Así lo estipula el nuevo código de conducta que aprobará este jueves la Eurocámara, donde además se prohíbe expresamente a sus señorías aceptar cualquier tipo de sobornos.
Suena obvio, pero los escándalos destapados el año pasado han obligado a la cámara de representación popular europea a dejar por escrito en este nuevo reglamento la prohibición de los sobornos. Y de no aceptar regalos que superen los 150 euros, un límite considerado demasiado alto por algunos.
La norma también fija la obligación de todos los miembros del Parlamento de dejar constancia de sus actividades e ingresos en los tres años previos a su nombramiento y hacer públicos todos los ingresos procedentes de otras actividades que superen los 5.000 euros al año. Además, deberán presentar una lista de sus intereses económicos, donde se detallen las actividades que desarrollan al margen de la labor política o la participación en cualquier tipo de sociedad o asociación.
Hasta ahora, normas dispersas
Hasta ahora la Eurocámara no contaba con un reglamento ético y de conducta armonizado, sino con una serie de normas dispersas dentro de las normas internas de la institución. Ahora, este nuevo texto también afectará a quienes ostentan la condición de ex diputados y que han pasado al 'otro bando', es decir, que desempeñan su labor en grupos de presión o 'lobbies'. Estas personas perderán sus privilegios que les concede la Eurocámara, es decir, tendrán que devolver su tarjeta de acceso al edificio, que como norma general se concede a todo ex parlamentario.
El Parlamento Europeo sufrió una crisis de credibilidad el pasado año, cuando un medio británico destapó un escándalo de corrupción que implicaba a eurodiputados. La investigación demostró que algunos de ellos aceptaron sobornos a cambio de enmendar leyes comunitarias para favorecer los intereses de un supuesto grupo de presión. El miembro del grupo popular Pablo Zalba aparecía en aquellas informaciones, aunque en ningún momento aceptó dinero y, según su versión, aceptó modificar la norma porque suponía una mejora sustancial.
La condición de los parlamentarios de Bruselas ha suscitado polémica durante la crisis por sus sueldos, dietas y otras pagas que reciben en concepto de gastos de representación. Como norma general, reciben mensualmente un salario neto de 6.000 euros, a los que se suma una asignación de otros 4.000 euros para otros gastos.
Extraído del periódico: EL MUNDO.
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