Prohibid, prohibid tranquilos, allí donde aún exista un halo de libertad.
Vuestra arbitrariedad no es sino la escalera por la que ascendemos sin error.
Y vuestras prohibiciones no son más que las señales de debilidad de la tiranía, que engendran resistencia.
Las jóvenes generaciones no cederán ante la fuerza bruta.
¡Permanecemos indomables y firmes en la fe!
¡Prohibid pues, prohibid libros, el sentido de la justicia y del honor, prohibid la libertad, el pueblo autóctono y la patria!
Reímos a carcajadas sobre vuestra pequeñez espiritual y lloramos vuestra falta de entendimiento.
Lo que desea vivir no se deja prohibir con parágrafos, tinta y papel.
Podéis mantener esclavos y alquilar mercenarios, pero la vida y la verdad, no lo olvidéis, están con nosotros.
(1) Dedicado a la memoria del Dr. Fritz Stüber (1903-1978), jurista, periodista y político austríaco. Fue la personalidad más conocida de la derecha nacional austríaca de postguerra. Paralelamente a su vida profesional en los años 1930 se hizo famoso como poeta y redactor jefe del Neues Wiener Tagblatt. En 1932 había ingresado en el NSDAP y defendió la política social del nuevo canciller electo, Adolf Hitler. Hasta el final de la guerra, cuando la derrota era evidente, escribió artículos favorables a la resistencia bélica contra los Aliados, alistándose en el servicio de Tierra de la Luftwaffe. Arrestado de 1948 a 1949, fue cofundador y presidente vienés de la Federación de los Independientes, partido con el que se convertiría en diputado. Fue definido como “el bardo nacional de servicio y en la oposición por pasión”. Cuando el 7 de junio de 1955 se firmó el tratado de las potencias ocupantes reconociendo el Estado austríaco, Stüber fue el único de los 166 diputados que votó en contra, pues desde su punto de vista, con dicho tratado lo que se pretendía era separar definitivamente Austria de Alemania.
Pedro Varela
No hay comentarios:
Publicar un comentario