A toda la familia del boxeo español.
Yo, Óscar Sánchez Sandoval, quiero aprovechar
estas líneas para comunicaros que en el día de hoy he decidido poner punto y
final a mi carrera como boxeador profesional.
Ha sido una decisión muy dura, pero después de
varias semanas meditándolo he comprendido que era lo mejor. Son miles de
circunstancias las que me han empujado a ello. Ahora entiendo las palabras de
Javier Castillejo o Alfonso Redondo, cuando me dijeron que retirarse era el
combate más difícil al que jamás se enfrentaron. Tenían razón. No me importa
reconocer que ahora, según escribo estas líneas, pienso en ello y lloro como un
niño. Tal y como muchos otros hicieron antes que yo. Qué duro es decir
adiós.
Parece que fue ayer cuando comencé en el
gimnasio Vicente Calderón, bajo las ordenes del gran entrenador Pedro París, ya
fallecido. A veces me pregunto qué habría sido de mi carrera si él hubiese
estado siempre a mi lado, pero son cosas que nunca sabré. Así es la vida del
artista, supongo.
Tengo que agradecérselo todo al boxeo, porque
además de ser mi vida me enseñó todo lo bueno y todo lo malo que hay en ella.
Desde la gente más leal y noble, capaces de no hablar por no herirme, a seres
despreciables a los que le das tu vida, tu sacrificio, tu lealtad y, al final,
descubres que sólo fuiste simple mercancía fácil de manipular. Pero el tiempo
pone a cada uno en su sitio y esa gente tiene que desaparecer, en esa pelea
estamos y estaremos todos juntos. La dignidad del boxeador debe prevalecer, y lo
hará.
Me voy con la pena de no haber podido disputar
un combate grande, una de esas peleas con las que todos soñamos desde el primer
día que pisamos un gimnasio. A veces me pregunto qué falló. Me voy con sólo 4
derrotas en 40 combates. Orgulloso de haber sido durante 10 años campeón de
España en 2 pesos, indistintamente, y con un título transcontinental. Al parecer
no fueron méritos, nunca llegó esa llamada. Qué difícil es ser campeón y qué
poco mérito da este País a los que sí cumplieron su sueño.
No me retiró castigado, ni creo que se me haya
pasado el arroz. Son muchos años y, al final, cuando uno se encuentra solo y sin
motivación entiende que es el momento de dejarlo No puedo engañarme a mí mismo,
ni tampoco a vosotros.
Me retiro como boxeador pero empieza una nueva
etapa para mí como manager. No puedo irme del mundo del boxeo porque yo nací
boxeador y, sin duda, moriré siendo boxeador. Si ayer soñaba con grandes
combates, a partir de mañana lo haré tratando de conseguir para los boxeadores
aquello que yo nunca tuve; Oportunidades, honestidad y, sobre todo, sinceridad.
Lo haré desde la promotora Maravilla Box. Al gran campeón que es Sergio Martínez
le empuja otra pelea, que es la de devolver al boxeo español la oportunidad que
él tuvo para salir adelante en este difícil mundo. No olvida a España, y desde
su situación nos quiere ayudar. Es un grande. Seré el manager general de
Maravilla Box en España, y estamos abiertos a todos aquellos managers que
entiendan que el boxeador merece respeto y no ser engañado. El boxeador es lo
más importante, así como una estructura bien definida, y es justo reconocer que
sin los boxeadores no hay boxeo. Creo que hay que devolver la dignidad al boxeo
español, en esa pelea estamos todos juntos. Ayudadnos a trabajar por y para el
boxeo.
Gracias a todos.
Óscar Sánchez Sandoval.
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