Jordi de la Fuente para TdE/Casi el 20% de los votos en estas elecciones francesas han sido para el Front National. 7,2 millones de franceses, que se dice pronto. Ante el panorama actual, entre la crisis, el paro, la inseguridad, la inmigración desbordada, la ineptitud deliberada de los políticos… es la hora de una respuesta contra el Sistema, desde el patriotismo y la justicia social. Y esa respuesta la ha encarnado el FN, por encima del Frente de la Izquierda de Mechelon, que se ha dado el batacazo.
Las caras de los analistas políticos en la televisión francesa, escuchando el patriótico discurso de Marine Le Pen tras saber los resultados, han sido auténticos poemas a la desesperación. ¿Qué esperaban? ¿Unos resultados políticamente correctos, con una primera fuerza socialdemócrata, una segunda conservadora, una tercera roja y una cuarta centrista, y sucesivos? No, la cosa ya no funciona así. Estos analistas parece que no viven en su país: se vive y se palpa en la calle, en el trabajo, en la universidad, en el metro y en el bar, que la sociedad está muy enfadada con la clase política profesional, con sus tratos de favor a la banca y al sistema financiero que hunde países a placer, y ya no se fía de las viejas caras ni de las apariencias de cambio de los grandes partidos tradicionales. Hoy en día la sociedad busca una respuesta, unos una revolución, otros salir del agujero, pero todos demandan un cambio. En Francia, hoy, los menos atrevidos han votado al socialista Hollande; los realmente indignados, a Le Pen.
Ha habido un trasvase de votos de Le Pen a Sarkozy, y luego al revés. Si bien hace un par de meses era probable una segunda vuelta electoral entre Hollande y Le Pen, tras los asesinatos cometidos por el islamista Mohamed Merah, la contrapropaganda antifascista y anti-frontista yla reacción “heroica” y peliculera de Sarkozy para acabar con el terrorista, el actual presidente francés ha arrancado votos de aquellos conservadores que iban a votar al FN por su discurso contra la inseguridad y el islamismo radical, mensajes que adoptó cual camaleón Sarkozy. Pero hoy se ha visto que ese travase de votos ha sido insuficiente, y que muchos votantes prefieren el original a copias de discurso, y han seguido votando al FN.
Lo que es también cierto es que el Partido Socialista, vencedor en estas elecciones, no lo ha sido tan arrolladoramente como desearía. El FN ha restado muchos votos, puesto que el electorado de izquierdas hace tiempo que miró con buenos ojos a Jean-Marie Le Pen, y hoy ya es un clamor popular. Que con casi un 80% de participación en estas elecciones el FN consiga casi el 20% de los votos es una barbaridad cuantiosa comparando los resultados cuando existe una mayor abstención, que en principio beneficia a los porcentajes al alza para el FN. La segunda vuelta entre socialistas y conservadores promete ser aún peor que este domingo, si el FN alienta a un voto de castigo como la abstención.
Otro aspecto a estudiar: igual que en 2007 Sarkozy alimentó, desde los mass-media a su alcance, al candidato centrista Bayrou, que llevaba años en letargo político, para tratar de desplazar a Jean-Marie Le Pen en las elecciones, cosa que consiguió, esta vez Sarkozy ha decidido alimentar a Melenchon y al Frente de la Izquierda para dividir el voto de izquierdas y, de paso, aislarlo de posibles contagios favorables a votar a Le Pen. La jugada no ha salido del todo bien, seguramente porque tanto el Partido Socialista como el FN estaban ya demasiado fuertes como para hacerles daño por ahí.
No quisiera terminar este artículo sin felicitar al Front National por sus resultados y por su lucha. Soy consciente, sus militantes me lo han contado, del esfuerzo y las ganas que han puesto en esta campaña. Sus dirigentes, sus cuadros y sus bases han estado sincronizados en un objetivo, y lo han conseguido. ¡Bravo camaradas! Vive le Front!
Jordi de la Fuente Miró
Delegado español de la Alianza Europea de Movimientos Nacionales
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