1. No habrá programas en idiomas extranjeros en las escuelas.
2. Todos los anuncios del gobierno y las elecciones se llevarán a cabo en el idioma nacional.
3. Todos los asuntos administrativos se llevarán a cabo en nuestro idioma.
4. Los extranjeros no será una carga para los contribuyentes. Nada de seguridad social, ningún cheque de comedor, ninguna atención médica o cualquier otro beneficio público será concedido. Cualquier abuso se traducirá en deportación.
5. Los extranjeros pueden invertir en este país, pero la cantidad puede ascender como mínimo a 40.000 veces el promedio diario de subsistencia.
6. Si los extranjeros compran bienes raíces, sus posibilidades son limitadas. Algunos terrenos, especialmente con propiedades para el acceso a agua corriente, se reservarán para los ciudadanos nacidos aquí.
7. Los extranjeros no pueden protestar aquí: Ninguna manifestación, ningún uso de una bandera extranjera, ninguna organización política. Ninguna difamación sobre nuestro país, el gobierno y su política. Toda violación resultará en deportación.
8. Si alguien entra en este país de manera ilegal, será perseguido sin piedad. Detenido, quedará retenido hasta que sea deportado. Todos sus bienes son confiscados.
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¿Despiadado, inhumano, demasiado duro? No, no, ¡estas no son las normas de un partido cualquiera de extrema derecha!
Estas son las normas de inmigración que están en vigor en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, países aliados de los Estados Unidos y de Europa a quienes pagamos subsidios para el desarrollo del sueldo de los europeos.
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