Orientaciones:
El autor, no solo nos describe la vida política de las gentes de la Baja Andalucía, nos adentra en su sobrevivir, en su día a día, en el ansia por la falta del mendrugo de pan para echarse a la boca, en la lucha por recuperar la dignidad perdida. El enfrentamiento entre el anarquismo y el comunismo; la aparición del nacionalsindicalismo, que provocó, entre otras muchas cosas, que desde las filas comunistas o anarquistas muchos creyeran ver en la revolución que proponía la Falange una realidad viva y verdadera. Prueba de ello, son, entre muchos, Manuel Mateo o Enrique Matorras, dirigentes comunistas, Guillen Salaya o Nicasio Álvarez de Sotomayor, destacados anarquistas, que engrosaron las filas del nacional-sindicalismo y fueron asesinados —menos Salaya— por sus antiguos compañeros. Fueron tiempos difíciles, trágicos, llenos de esperanzas y frustraciones. El pueblo español necesitaba derechos y luchaba por ellos.
[del prólogo de J.A. Llopart]
Ya disponible en: http://edicionesnuevarepublica.wordpress.com/2012/10/11/la-dignidad-de-la-pobreza/#more-896
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