ESPAÑA INCÓMODA.

"Demasiado libertinaje en la juventud seca el corazón, y demasiada continencia atasca el espíritu".

Charles Augustin Sainte-Beuve (1804-1869) Escritor y crítico literario francés.


lunes, 30 de julio de 2012

Occidente silencia la noticia: Tres negros surafricanos ahogan a un niño blanco en una bañera de agua hirviendo tras asesinar a sus padres

 


Amaro Viana, un niño de 12 años de edad, fue brutalmente asesinado en una bañera con agua hirviendo en Suráfrica por los mismos asesinos de sus padres. Los asesinos, tres hombres de raza negra, irrumpieron en la casa de la familia en Walkerville, Johannesburgo, donde fue asaltado y muerto a tiros Tony Viana, de 53 años, y brutalmente violada y asesinada su esposa, Geraldine.
A continuación, ataron y amordazaron a Amaro, al que condujeron hasta la bañera, que habían llenado con agua hirviendo. Allí pereció ahogado entre terribles sufrimientos. Amaro tenía una hermana también de corta edad, quien felizmente no se hallaba en el domicilio familiar durante el suceso.
El jardinero de la familia, Patrick Petrus Radebe, de 24 años, hijo de su empleada doméstica, y Sipho Mbele, de 21 años, se declararon culpables de tres cargos de asesinato y un cargo de violación cada uno.
Por su parte, David Motaung, de 20 años, se declaró culpable del cargo de robo. Los tres admitieron sus delitos ante la Corte surafricana entre risas. A su salida de los juzgados, los tres canallas fueron vitoreados por alrededor de un centenar de surafricanos de raza negra.
Asimismo, los asesinos abrieron en canal al perro de la familia.
Los asesinos señalaron que asesinaron al niño para que no los identificara ante la Policía. “Lo amordazamos de pies y manos porque estaba llorandoy lo sumergimos en la bañera hasta que se ahogó”, dijeron.


El pequeño Amaro, junto a su familia, días antes del suceso.
El pequeño Amaro, junto a su familia, días antes del suceso.


Este suceso es uno más de lo que sufre a diario la población blanca surafricana ante la despreocupación de las autoridades del país y el silencio de la prensa occidental.


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