Según el sentido común, vives en tu casa.
Sin embargo, es muy posible que vivas en una casa hipotecada, que es más del banco que tuya, y que podrías perder al verte en dificultades, quedándote sin techo y con la obligación de seguir pagando aquello que ya no tienes. O tal vez vivas alquilado en la casa de otro. Puede que vivas en la casa de tus padres, sin demasiadas esperanzas de poder independizarte en los próximos años. E incluso cada vez hay más gente que vive en una casa prestada por la caridad familiar o, en los peores casos, también hay quien vive en un banco del parque.
Y tú, ¿dónde vives? Según el sentido común, no nos queda otra que denunciar la actual situación de emergencia habitacional y reivindicar a voz en grito el derecho a la propiedad de la casa
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